Sin duda, los sofás son los protagonistas de nuestros salón, con lo cual es importante elegir bien. Si estás buscando un sofá, puedes venir a nuestra tienda de muebles en Málaga o Marbella. De todas formas, aqui te damos algunos consejos. ¿Qué es una de las cosas más a tener en cuenta? Que sea un diseño atemporal, a partir de ahí, analizaremos nuestro estilo de vida para que la elección sea la mejor posible.
Los sofás son a menudo el artículo más grande del salón; así que, antes de elegir, hay que tener en cuenta las dimensiones de la sala donde lo vayas a ubicar.
Hay que medir cuidadosamente el área, sobre todo atendiendo a la longitud y la profundidad del espacio. Si no está seguro de dónde quiere que ubicar el sofá, una buena idea es marcar el volumen con cinta adhesiva u hojas de periódico. Esto ayudará a hacerse una idea de cómo podría quedar, y las zonas de paso libres.
Si tienes una habitación pequeña, puede ser tentador aprovechar y comprar el sofá más grande que quepa; pero esto solo hará que su espacio parezca más pequeño. Del mismo modo, un sofá de tamaño normal en una habitación grande podría hacer que la habitación se perciba vacía. Elegir un sofá que sea proporcional a su sala no solo es una opción inteligente, sino que será rentable a largo plazo.
Por otra parte, hay que considerar el número de personas que viven en casa. Pensar cómo solemos hacer uso del sofá y cuántas personas se sientan es fundamental. Esto determinará el formato de sofá adecuado. ¿pasas más tiempo sentado o tumbado? ¿sueles tener invitados?
La idea es reflexionar todos estos factores para que el sofá que elijas perdure el máximo tiempo posible y lo podamos disfrutar al máximo.
Cada sofá es diferente y cada uno tiene sus propias ventajas. Os ponemos algunos ejemplos de formatos que pueden adaptarse a sus necesidades.
En nuestro catálogo de sofás tienes todas las opciones, ya que se fabrican bajo pedido y puedes elegir desde la medida, hasta el formato o el tapizado.
Sofás de dos plazas: la mejor solución para espacios reducidos. Compactos pero bien diseñados, a menudo lo componen cojines de asiento largos, y brazos estrechos, para aprovechar al máximo el espacio de sentada.
Sofás de tres plazas: la opción más popular y versátil. Son espaciosos, tienen mucho espacio para acomodarse y vienen con dos o tres cojines de asientos.
Sofás modulares: flexibilidad total. Los sofás modulares ofrecen la capacidad de cambiar el formato. Puedes crear una combinación que funcione en cualquier circunstancia. Los sofás modulares tienden a ser más grandes que los sofás de tres plazas, por lo que son una excelente opción para áreas de planta abierta.
Sofás rinconeros: perfectos para descansar. Los sofás de esquina facilitan la relajación. Son lo suficientemente amplios como para que dos personas pongan los pies en alto y pueden acomodar a varios invitados. Son una gran elección para los espacios sociales, ya que la formación de la esquina fomenta la conversación y aprovecha todo el espacio.
Sofás relax o deslizantes: Perfectos para personas que disfrutan tumbadas de su sofá, pero en cambio no cuentan con el espacio suficiente en la sala para comprar un sofá de grandes dimensiones. El sofá relax adapta su posición a tu cuerpo y necesidades.
Sofás cama: Son ideales si recibes frecuentemente invitados o si tu casa no tiene una habitación libre. Los sofás cama lucen y actúan como un sofá de diario, pero se transforman en una cama por la noche. En nuestro catálogo de sofás cama encontrarás distintos tipos.
Una vez determinado el formato del sofá que queremos, es hora de explorar la variedad de estilos. En nuestras tiendas podrás encontrar piezas contemporáneas o diseños más clásicos.
Los sofás con respaldo y brazos bajo, con o sin patas, pueden dar ese toque informal a tu sala. Son ideales para realizar actividades cotidianas como descansar, leer, echar una siesta o trabajar, y son increíblemente versátiles. Ideales para familias dinámicas con mucha actividad.
Si buscas algo un poco más formal, elige un sofá con respaldo más alto. Estos sofás también tienden a tener brazos grandes y suelen ir hasta el suelo. Tienen una apariencia más elegante.
Existen también sofás icónicos. Los sofás de mediados de siglo hablan por sí mismos. Tienen un aspecto clásico que simplemente nunca muere.
Por otra parte, cualquier detalle puede marcar la diferencia; botones grandes, telas llamativas, costuras externas, botones profundos y elegantes formas. Pero no hay que perder de vista lo más importante; la comodidad es la clave.
¿Buscamos un sofá suave y blando, o firme y sólido? Y aun determinando esto, existen otros factores que pueden variar enormemente la sensación de confort de una persona a otra. Si te gusta sentirte apoyado y sentado, considera elegir un sofá con respaldo y brazos grandes. Sin embargo, si prefieres tumbarte y hundirte en tu sofá al final de un largo día, elige un sofá de plumas y asiento profundo. Si es importante para ti acostarte y dormir una siesta en tu sofá, asegúrate de elegir uno que tenga los brazos bajos y acolchados para que puedas descansar la cabeza cómodamente.
La clave para garantizar que tu nuevo sofá se adapte perfectamente a tu hogar y estilo de vida, es el material que elijamos. Tenemos sofás de tela y piel, y cada uno tiene sus características.
TELA: Los sofás de tela son mucho más acogedores. Son suaves al tacto y podemos elegir entre una amplia variedad de colores y tipos de tejidos. Pueden estar hechos de tejido 100% natural, o una mezcla de natural y sintético, que suele ser mucho más duradero. Existen tejidos que cuentan con tratamientos especiales anti-manchas, y que permiten eliminarlas fácilmente usando productos no abrasivos.
PIEL: La piel tiene un aspecto más lujoso y es excepcionalmente resistente. La piel es como el buen vino; mejora con el tiempo.
A medida que pasen los años, se irá suavizando y ganará carácter, mientras conserva su forma y fuerza. En términos generales, los sofás de piel tienden a mejorar con la edad. Si está bien mantenido, un sofá de piel puede durar toda la vida.
COLOR: Si bien el color es una elección muy personal, ciertos tonos funcionan mejor que otros en situaciones específicas. El neutro es el camino a seguir si desea cambiar su decoración con regularidad, mientras que los colores llamativos se imponen cuando el resto de elementos de la sala son más neutros. En espacios abiertos y con buena iluminación, podemos permitirnos tapicerías más oscuras, que resaltan más el resto de tonalidades de la sala.
La composición de tu sofá no solo afectará su comodidad, sino también su aspecto.
Espuma; Los sofás de espuma son más firmes y se pueden configurar de distintas formas. Con los años, la espuma se compactará naturalmente y perderá un poco su volumen, pero este proceso se dilata mucho más con una espuma de alta densidad. Para garantizar un desgaste uniforme, es útil girar y sacudir los cojines de vez en cuando.
Fibra; Los sofás rellenos de fibra tienen un aspecto y una sensación más suave y relajada. Son excepcionalmente cómodos, pero requieren mantenimiento para que se vean lo mejor posible. Girar y sacudir los cojines de forma regular para mantener la sensación de confort y reducir el desgaste.
Pluma; Los sofás rellenos de pluma tienen un aspecto informal y un asiento mucho más suave, ideal si te gusta hundirte en tu sofá. Nota: necesitarás sacudir los cojines a diario.
Se recomiendan las siguientes sugerencias para el cuidado general de los sofás, pero para obtener instrucciones más específicas, hay que consultar siempre las pautas del fabricante.
SOFAS DE TELA: La luz solar directa o el calor pueden causar una leve decoloración en la tapicería, especialmente cuando se trata de materiales como el algodón y el lino. A todos nos encanta la luz en casa, pero vale la pena asegurarse de que su sofá no esté expuesto directamente a la luz solar. Para evitar manchas incrustadas o opacas, te recomendamos que cepilles ligeramente o aspires tu sofá semanalmente. Si se mancha accidentalmente la tapicería, entonces la mayoría de los materiales pueden limpiarse con un paño suave y húmedo, excepto los materiales delicados como el 100% de lana suave.
PIEL: Para que la piel luzca lo mejor posible, pasa semanalmente un paño limpio. Si derramas algo, usa un paño limpio y húmedo para limpiar cualquier exceso. Trata de no frotar y no uses demasiada agua ya que puede manchar. Elimina los rasguños ligeros puliendo suavemente con un paño ligeramente húmedo. Y recuerda, al igual que la tela, la piel no es inmune a los efectos de la luz solar. Mantén los sofás de piel al menos a 30 cm de distancia de fuentes de calor directas para evitar que se sequen y se agrieten. Además, puedes hidratar la piel anualmente con alguna crema específica o incluso con crema corporal.