En el origen de Flos se encuentra el concepto de luminosidad: la idea de crear objetos a partir de una bombilla que puedan cambiar la forma de vivir, no solo de los italianos. De este modo, a principios de los años sesenta, a un tal Sr. Gavina, del pequeño fabricante de Merano Eisenkeil, se le metió en la cabeza, después de haber creado muchos muebles nuevos (con Achille y Pier Giacomo Castiglioni, Afra y Tobia Scarpa y otros maestros del diseño), que también había llegado el momento de crear nuevas lámparas. Así, los Castiglioni y los Scarpa, mediante la técnica cocoon, que se inventó en Estados Unidos y de la que Eisenkeil fue pionero, empezaron a fabricar lámparas como la Taraxacum o la Fantasma. A estas primeras lámparas siguieron muchas más, bellas y sorprendentes: así, ya en su prehistoria, Flos (Fiore, en latín, nombre que le dio Pier Giacomo Castiglioni) se encontró reinventando la idea de la iluminación artificial.
265.0
Paolo RizzattoAplique de luz directa. Reflector y brazo orientable en acero, pintura líquida. Soporte reflector en latón cromado. Contrapeso cónico en fundición. Base de conexión a pared en acero pintado.
Una lámpara versátil, que rersponde a las necesidades de la vida contemporánea. El diseño innovador de la lámpara de pared Flos 265 permite al usuario ajustar la lámpara a la posición deseada. Con un contrapeso cónico de hierro fundido, que equilibra perfectamente el difusor para facilitar el movimiento y un brazo ajustable extendido soportado a través de un accesorio de pared de acero pintado delgado, la luz de pared minimalista se utiliza perfectamente sobre una mesa de comedor, sillón o escritorio, ideal para ambientes residenciales o comerciales. Disponible en color negro y blanco.